A medida que las consecuencias devastadoras de los conflictos armados aumentan, las personas civiles se enfrentan a un sufrimiento inimaginable. Las violaciones del derecho internacional humanitario (DIH) agravan estas crisis y, a la vez, las amenazas emergentes, como las armas autónomas y la guerra cibernética, agregan nuevas dimensiones a los desafíos que padece la humanidad. Pese a la ratificación universal de los Convenios de Ginebra, el respeto de estas normas fundamentales está decayendo, con lo cual corren riesgo muchas vidas, infraestructuras y las frágiles perspectivas de lograr la paz.
En esta publicación, la presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric, se refiere a la necesidad imperiosa de que los Estados participen en la iniciativa mundial sobre derecho internacional humanitario. Mediante la reafirmación de su compromiso con tan necesario conjunto de normas, los Estados pueden garantizar la protección de las personas civiles, restablecer la dignidad para quienes están afectados por conflictos armados y construir un camino hacia la paz sostenible. Ahora es el momento de actuar, y la iniciativa mundial ofrece una plataforma para que la acción colectiva respete las normas y preserve la humanidad.
El mundo está frente a un momento crítico: un momento en el que nuestra humanidad compartida es necesaria y enfrenta desafíos. En todo el mundo, desde Gaza hasta Sudán y desde Myanmar hasta Ucrania, el conflicto está dejando cicatrices profundas en la vida de millones de personas.
Los civiles se llevan la peor parte de estas crisis: comunidades desarraigadas, familiares separados e infraestructura vital destruida. A esta pesada carga se suman los desafíos emergentes, como las armas autónomas, la guerra cibernética y la inteligencia artificial, que amenazan con evadir los marcos que durante tanto tiempo han regido la conducción de la guerra.
Los Convenios de Ginebra, concebidos con posterioridad a las horas más oscuras que se vivieron en el mundo, procuran proteger un mínimo de humanidad en la guerra. No son solo acuerdos entre Estados, sino compromisos con nuestra humanidad colectiva: son normas destinadas a proteger a las personas civiles, preservar la infraestructura y velar por el trato humano de todas las personas en tiempo de conflicto armado. Pero su aplicabilidad depende de nuestra determinación de defenderlas.
La creciente normalización de las violaciones del derecho internacional humanitario plantea una amenaza existencial a los Convenios de Ginebra y al derecho internacional en general. Es una tendencia alarmante que requiere acción colectiva urgente.
No se trata de una cuestión teórica, sino de una realidad que afecta a millones de personas todos los días y tiene un costo financiero extraordinario de miles de millones de dólares.
Es por este motivo que el CICR, junto con Brasil, China, Francia, Jordania, Kazajistán y Sudáfrica, presentó una iniciativa mundial para revitalizar el compromiso político con el derecho internacional humanitario. La semana pasada, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, hice un llamado a los Estados miembros a participar en esta iniciativa para abordar los desafíos más apremiantes que enfrenta el DIH.
Por qué necesitamos la iniciativa mundial ahora
Es una iniciativa excepcional que emprendemos porque la situación actual así lo exige.
No es solo una respuesta a las crisis de hoy, sino también un esfuerzo proactivo de trazar un futuro en el cual se cumplan y se respeten las normas fundamentales de la guerra. El derecho internacional humanitario proporciona el marco para reducir el sufrimiento, recuperar la dignidad y construir puentes hacia la reconciliación. Pero estas normas solo son eficaces si los Estados tienen la voluntad de hacerlas cumplir.
Los desafíos son claros. Los ataques a las personas civiles continúan con impunidad, así como a los hospitales y escuelas, habitualmente refugios de esperanza. Hacer padecer hambre a la población se usa como arma de guerra. A la vez, los avances tecnológicos, desde las armas autónomas hasta las capacidades cibernéticas, plantean interrogantes complejos respecto de la aplicabilidad del marco vigente. Estos problemas se ven agravados por la politización de las preocupaciones humanitarias, que ha obstaculizado los esfuerzos multilaterales para prestar asistencia y proteger a los que lo necesitan.
Si bien los conflictos armados suelen dominar los titulares, la responsabilidad de defender el derecho internacional humanitario no recae únicamente en las partes en conflicto. Estén o no directamente implicados en las hostilidades, todos los Estados tienen el deber de preservar la integridad de las normas que protegen la humanidad.
La iniciativa mundial sobre derecho internacional humanitario procura hacer frente a estas realidades. Ofrece a los Estados una vía para reafirmar que las normas del derecho humanitario establecen estándares ampliamente aceptados para la conducción de la guerra, para reivindicar su papel de guardianes de estas normas esenciales, y para procurar su aplicación en todos los conflictos del mundo.
El objetivo y las líneas de trabajo de la iniciativa mundial
A fin de alcanzar estas metas, la iniciativa se diseñó para trascender los compartimentos estancos y reunir a los Estados a fin de que ofrezcan recomendaciones concretas acerca de cómo mejorar el respeto del DIH. Los Estados trabajarán con especialistas jurídicos del CICR en función de siete líneas de trabajo.
Algunas se centrarán en la prevención, con iniciativas dirigidas a promover las buenas prácticas, fortalecer a las comisiones nacionales de derecho internacional humanitario y explorar los vínculos entre el cumplimiento de estas normas y la paz sostenible. Otras se ocuparán de cuestiones jurídicas y operacionales críticas, como la protección de la infraestructura civil, la preservación de hospitales en conflictos armados, la regulación del uso de tecnologías de la información y la comunicación en la guerra, y la modernización de las reglas de la guerra naval.
Estas líneas de trabajo están diseñadas para generar recomendaciones concretas y prácticas que no solo reforzarán el respeto del derecho internacional humanitario, sino que también velarán por su pertinencia respecto de la realidad de los conflictos actuales. Además, voy a convocar a una junta asesora de alto nivel para que nos ayude a conducir este proceso político durante los próximos dos años.
Hacia 2026, estos esfuerzos culminarán en una reunión histórica en la que los Estados adoptarán medidas concretas para velar por la perdurabilidad de la pertinencia del derecho internacional humanitario. Este no es un ejercicio pasivo, sino una declaración de la intención de salvaguardar la humanidad para las generaciones futuras.
Por qué los Estados deben participar en la iniciativa mundial
El éxito de esta iniciativa depende de la participación activa de los Estados. Como guardianes principales del derecho internacional humanitario, tienen la responsabilidad y la facultad de generar cambios valiosos. La participación en esta iniciativa no es un mero acto de liderazgo, sino la reafirmación de valores compartidos y un compromiso con un mundo más humano.
Para los Estados, esta iniciativa brinda las herramientas para el fortalecimiento de sus capacidades a fin de mejorar la instrucción militar para reforzar los marcos jurídicos internos. Los beneficios trascienden las fronteras nacionales. El respeto del derecho internacional humanitario reduce el costo humano de los conflictos, mitiga los ciclos de violencia y fomenta las condiciones para una paz duradera.
La historia nos demuestra que cuando las leyes de la guerra no se respetan, la violencia aumenta sin control, lo que provoca la desestabilización de las sociedades y supone una amenaza para la seguridad mundial. Al participar en esta iniciativa, los Estados reafirman que aun en los momentos más oscuros, nuestra humanidad compartida debe prevalecer.
Una responsabilidad compartida
La iniciativa mundial sobre derecho internacional humanitario es más que un programa; es una promesa colectiva que trasciende las fronteras y la política. Es un testimonio de los valores que tenemos en común y un llamado a defender los principios que nos definen como una comunidad mundial.
Insto a todos los Estados a participar en la iniciativa, a defender junto con nosotros los principios más sagrados de la humanidad. No es una tarea que debe dejarse para mañana. Es nuestra responsabilidad hoy.
Preservar la dignidad humana en los conflictos armados
El 28 de enero, Philémon Yang, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, convocó a un diálogo interactivo informal: «Preservar la dignidad humana en los conflictos armados: promoción del cumplimiento del DIH.» Este evento emblemático de su mandato contó con el discurso de apertura del presidente Yang y del coordinador del Socorro de Emergencia, Tom Fletcher, y el discurso de apertura estuvo a cargo de la presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric.
Los oradores y panelistas, entre los que se encontraban expertos jurídicos de los ámbitos humanitario, jurídico y militar, destacaron la necesidad de fortalecer el cumplimiento del derecho internacional humanitario, hablaron de los desafíos para la implementación y alentaron a que se hagan esfuerzos nacionales y multilaterales para mejorar la adhesión. La presidenta y la jefa de Asuntos Jurídicos del CICR presentaron la iniciativa mundial sobre DIH, e invitaron a todos los Estados a participar.
Con la asistencia de al menos 85 Estados, el diálogo contó con 63 solicitudes de uso de la palabra, 41 declaraciones pronunciadas en directo y otras 7 presentadas en línea. Todos reafirmaron la importancia del DIH, mientras que 20 acogieron explícitamente con beneplácito la iniciativa mundial sobre DIH.
Jordania habló en nombre de los seis Estados que lanzaron la iniciativa junto con el CICR (Brasil, China, Francia, Jordania, Kazajistán y Sudáfrica) y nueve estados anunciaron su intención de participar (Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, Canadá, Australia, Austria, Alemania, los Países Bajos, más el Reino Unido que lo hizo en línea).